¿Dejarías que un familiar cargue su auto eléctrico en tu casa durante estas fiestas?

Este fin de año algunos hogares pueden tener una nueva fuente de conflictos. Según un nuevo estudio llevado a cabo por la marca estadounidense Ford, la "solicitud de recarga" de vehículos eléctricos es un dilema para todos los implicados: mientras que más de uno de cada cinco anfitriones (21%) se sentiría secretamente molesto por la petición, el 53% de los conductores de vehículos eléctricos considerarían fingir una "emergencia de recarga" para escapar del ajetreo familiar.

Este nuevo estudio de Ford pone al descubierto lo que las personas pueden sentir al recibir en su hogar a conductores de vehículos eléctricos, y los resultados muestran una mezcla de buena voluntad y de resentimiento silencioso.

Así, y aunque la temporada de ser generosos está en pleno apogeo para algunos, no todos ven con los mismos ojos la perspectiva de que un invitado les pida poder recargar su vehículo eléctrico. Más de uno de cada cinco encuestados (21%) admitió que se sentiría molesto si alguien le pidiera enchufar su vehículo eléctrico a la red eléctrica de su casa.

El estudio sugiere que este nuevo dilema social es bidireccional. El 32% de los usuarios de vehículos eléctricos considera que pedir recargar su vehículo es más incómodo que pedir la contraseña del Wi-Fi (18%) o incluso que preguntar cómo tirar de la cadena del inodoro (30%).

Un dato: para el 17% de los conductores, pedir a los suegros que carguen su automóvil es más embarazoso que admitir que han atascado el inodoro.

Para los anfitriones que se preguntan por qué su invitado ha desaparecido, la encuesta también encontró un nuevo motivo para esa “escapada festiva”. Más de la mitad de los conductores de vehículos eléctricos (53%) admite que consideraría fingir que necesita recargar urgentemente su vehículo solo para tomarse un respiro de sus familiares.

Entonces, ¿cuál es el secreto para conseguir una recarga sin causar problemas? La encuesta revela que la forma de agradecer a un anfitrión más aceptada socialmente es ofrecerle un favor similar en el futuro (39%). Además, el 43% de los conductores de vehículos eléctricos se asegurarían de llegar con la batería completamente cargada para no tener que usar el cargador de sus amigos o familiares, incluso si se les ofreciera una carga gratuita.

Por otro lado, el 41% de los anfitriones estaría más dispuesto a proporcionar carga gratuita si el invitado lo pidiera "educadamente", lo que demuestra que las maneras y el protocolo son clave.

De acuerdo a María José González y Verdú, experta en protocolo y etiqueta: "Este estudio pone de manifiesto algo muy interesante desde el punto de vista del protocolo: muchas de las tensiones actuales no surgen por mala intención, sino por la falta de normas claras en situaciones nuevas".

La recarga de un auto eléctrico en casa ajena no es solo una cuestión práctica, sino simbólica, porque implica entrar en el espacio privado y en los recursos del otro.

La encuesta se aplicó en España, un mercado donde se comercializaron 100 mil vehículos eléctricos en el 2025.

La petición de recargar un vehículo eléctrico es un ejemplo muy claro de cómo las nuevas realidades tecnológicas avanzan más rápido que nuestras normas sociales.