Trump anuncia aranceles del 25% a vehículos importados a partir del 2 de abril
- Benjamín Chellew
- 20 feb
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump anunció la imposición de aranceles del 25% a los vehículos importados, medida que entrará en vigor a partir del 2 de abril de 2025. El anuncio se realizó el 14 de febrero durante una ceremonia en la Casa Blanca, donde Trump reafirmó su postura proteccionista en materia comercial.

Esta decisión se alinea con su promesa de fortalecer la industria automotriz estadounidense, pero genera gran incertidumbre en el sector, particularmente en empresas con plantas de ensamblaje fuera de EE.UU. La medida impactará principalmente a México, Canadá, Japón y la Unión Europea (UE), regiones que exportan grandes volúmenes de vehículos al mercado estadounidense.
En 2024, Estados Unidos importó 471,000 millones de dólares en productos automotrices, de los cuales 214,000 millones correspondieron a automóviles, 192,000 millones a partes y repuestos, y 65,000 millones a camiones, autobuses y vehículos especiales.
Entre los principales socios comerciales afectados por los aranceles destacan:
México: 49,000 millones de dólares en exportaciones automotrices.
Japón: 40,000 millones de dólares.
Corea del Sur: 37,000 millones de dólares.
Canadá: 28,000 millones de dólares.
Alemania: 25,000 millones de dólares.
Trump argumenta que los aranceles son necesarios para proteger la industria automotriz nacional, alegando que los fabricantes extranjeros han obtenido ventajas competitivas desleales. Sin embargo, muchos expertos consideran que esta decisión podría tener efectos adversos en la economía, encareciendo los automóviles en el mercado estadounidense y generando represalias comerciales por parte de los países afectados.
La decisión del gobierno de Trump también pone en jaque acuerdos comerciales como el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC o USMCA). Actualmente, este tratado permite a los vehículos con al menos 75% de componentes regionales ser exportados sin aranceles. Sin embargo, la imposición unilateral de un arancel del 25% podría afectar la validez del acuerdo, generando incertidumbre para los fabricantes con cadenas de producción integradas entre los tres países.
En el caso de Japón y la Unión Europea, que no tienen acuerdos de libre comercio con EE.UU. en el sector automotriz, los fabricantes enfrentarán costos adicionales significativos. Esto podría obligar a marcas como Toyota, Honda, Volkswagen, BMW y Mercedes-Benz a aumentar los precios de sus vehículos en Estados Unidos o, en su defecto, reducir la oferta en el mercado.
La reacción en el sector automotor ha sido de preocupación e incertidumbre. Jim Farley, CEO de Ford, expresó su inquietud al señalar que los aranceles están generando caos en la industria. "Estos cambios inesperados afectan la planificación de producción y encarecen los costos para el consumidor", afirmó.
Los fabricantes estadounidenses también podrían sufrir un impacto indirecto, ya que muchas marcas como General Motors y Ford dependen de insumos provenientes de México y Canadá. El aumento de costos en las partes y componentes importados se traduciría en precios más elevados para los vehículos ensamblados en EE.UU.
Además, las posibles represalias comerciales de otros países podrían afectar la exportación de automóviles fabricados en Estados Unidos, reduciendo la competitividad de la industria a nivel global.
El impacto de estos aranceles podría extenderse más allá de EE.UU. y llegar a mercados clave de América Latina, incluyendo Panamá. Con el aumento en el costo de los vehículos fabricados en Estados Unidos, es posible que los precios sigan la misma tendencia.
Además, si los fabricantes buscan reducir costos para mantener su competitividad en EE.UU., podrían reasignar parte de su producción a otros mercados. Esto podría significar menos disponibilidad de modelos importados en Latinoamérica, afectando la oferta de vehículos.
La Unión Europea, Japón y otros socios comerciales han expresado su descontento, advirtiendo que podrían responder con medidas arancelarias recíprocas contra productos estadounidenses. Esto podría generar una escalada en la guerra comercial, afectando múltiples sectores económicos.
La Cámara de Comercio de EE.UU. y diversas asociaciones automotrices han solicitado al gobierno reconsiderar la medida y buscar soluciones negociadas con los países afectados. Sin embargo, Trump ha insistido en que su enfoque busca garantizar la competitividad de los fabricantes nacionales.
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