Oliver Blume deja Porsche; Michael Leiters asumirá como CEO en enero de 2026
- Benjamín Chellew
- hace 57 minutos
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Porsche prepara un cambio trascendental en su cúpula. Después de una década al frente de la marca, Oliver Blume dejará la dirección ejecutiva de Porsche AG a finales de 2025, para enfocarse exclusivamente en su rol como CEO del Grupo Volkswagen, cargo que acaba de renovar hasta 2030. Su lugar lo ocupará Michael Leiters, ingeniero alemán con una carrera que incluye el paso por Ferrari, McLaren y la propia Porsche.

La noticia fue confirmada por el Supervisory Board de Porsche, que describió a Leiters como el perfil ideal para conducir a la compañía en un momento de transición profunda. “Su experiencia técnica y su liderazgo lo convierten en la persona adecuada para afrontar los desafíos actuales”, señaló Dr. Wolfgang Porsche, presidente del consejo.
No se trata de un cambio menor. Blume, quien asumió la dirección en 2015, deja atrás una era de éxitos financieros, expansión internacional y consolidación tecnológica. Fue el arquitecto del Taycan, el primer eléctrico de Porsche, y lideró la histórica salida a bolsa de la marca en 2022, considerada una de las más grandes en Europa.
Pero el contexto global cambió. La desaceleración de ventas en China, los aranceles en Estados Unidos y los costos de la transición eléctrica golpearon los márgenes de Porsche, que proyecta una rentabilidad operativa de apenas 2% para 2025. En palabras del propio Blume, “los cambios masivos en los mercados de Estados Unidos y China han impuesto nuevas exigencias a nuestro modelo de negocio”.
Por eso, el movimiento es una jugada estratégica: Porsche necesita engoque, autonomía y un liderazgo que viva y respire la marca todos los días.
Leiters: el regreso del ingeniero que conoce el ADN de Porsche
Michael Leiters, de 54 años, no llega desde fuera, sino que vuelve a casa. Pasó 13 años en Porsche, entre 2000 y 2013, y fue responsable de dos de los modelos más decisivos en la historia reciente de la marca: Cayenne y Macan, los SUV que redefinieron el negocio de Zuffenhausen.
Luego pasó a Ferrari, donde como Chief Technology Officer dirigió el desarrollo de los híbridos SF90 Stradale y 296 GTB, modelos que marcaron el inicio de la electrificación en Maranello. En 2022 asumió la dirección de McLaren, donde impulsó el lanzamiento del 750S y estabilizó la situación financiera de la marca británica tras la crisis del Covid.
Su regreso a Porsche tiene un aire simbólico. No solo conoce la ingeniería de la casa, sino también el equilibrio entre deportividad y negocio, un balance que hoy parece urgente para una empresa que busca volver a crecer sin sacrificar su identidad.
Leiters asumirá oficialmente el 1 de enero de 2026 con un panorama complejo:
la electrificación avanza más lento de lo esperado, el apetito por los SUV premium se mantiene, y los competidores —especialmente los chinos— presionan con precios agresivos y tecnología avanzada.
Su misión inmediata será recalibrar la estrategia eléctrica, fortalecer la rentabilidad y recuperar la confianza de los accionistas que vieron cómo Porsche pasó de ser una de las firmas más rentables del mundo a navegar en incertidumbre.
A la vez, deberá preservar la esencia de la marca: deportivos con carácter, precisión alemana y una conexión emocional con la conducción que ningún software puede reemplazar.
Oliver Blume seguirá siendo una figura clave dentro del Grupo Volkswagen

El consejo de supervisión extendió el contrato de Blume hasta 2030, reconociendo su capacidad para reorganizar el conglomerado en tiempos difíciles. “En los últimos tres años, ha demostrado su habilidad para desarrollar la estrategia del grupo en un entorno desafiante”, declaró Hans Dieter Pötsch, presidente del consejo de VW.
Su salida de Porsche no implica una ruptura, sino una transición generacional cuidadosamente planificada. Blume deja un legado de éxitos, pero también el desafío de transformar el impulso eléctrico en un modelo de negocio sostenible y rentable.
Con Michael Leiters al mando, Porsche entra en una nueva etapa. Un ciclo donde la ingeniería vuelve a estar al centro de la conversación, donde cada decisión técnica tendrá peso estratégico y donde la marca deberá redescubrir el equilibrio entre tradición y futuro, reconectar a Porsche con su propia esencia.
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