Eric Li, presidente de Geely, advierte sobre la grave sobrecapacidad de la industria automotriz
- Benjamín Chellew
- hace 1 día
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En el marco del Future Mobility Summit celebrado en Tianjin, China, Eric Li, presidente de Geely Holding Group, lanzó una advertencia tan clara como incómoda: “La industria automotriz global enfrenta una grave sobrecapacidad.” Y no se trata de una declaración alarmista sin fundamento. Detrás hay cifras concretas, tendencias preocupantes y un punto de vista que merece atención.

La industria ha estado creciendo sin freno, invirtiendo miles de millones en nuevas plantas, líneas de ensamblaje y desarrollo tecnológico. Pero, ¿está el mercado realmente preparado para absorber tanta oferta?
Según cifras compartidas durante el evento, la industria automotriz mundial tiene hoy capacidad para producir 60 millones de vehículos eléctricos al año, mientras que la demanda real apenas bordea los 10 millones de unidades. Una diferencia abismal que, en palabras de Li, “simplemente no es sostenible”.
Este desfase no es nuevo, pero sí se ha acentuado en los últimos años debido a la carrera por liderar la transición hacia la movilidad eléctrica. Fabricantes tradicionales, nuevas startups tecnológicas y gigantes tecnológicos han desembolsado recursos sin precedentes para posicionarse en un futuro que aún no llega del todo.
China como epicentro de la sobreoferta
China, el mayor productor y consumidor mundial de vehículos eléctricos, ha sido protagonista indiscutible de esta expansión. El país ha visto cómo surgían decenas de marcas nuevas, respaldadas por políticas estatales de incentivo, fondos de inversión y una visión de liderazgo tecnológico global.
Sin embargo, esta expansión ha generado un efecto colateral: una peligrosa acumulación de capacidad ociosa. De acuerdo con estimaciones de AlixPartners citadas por Reuters, si no se toma acción, la sobrecapacidad en China podría superar los 10 millones de unidades para 2030.
Y aunque la competencia suele considerarse un motor de innovación, en este caso, está derivando en una guerra de precios que amenaza con destruir márgenes de ganancia, incluso para empresas consolidadas.
Eric Li fue tajante al advertir que la actual dinámica está provocando una erosión preocupante en los márgenes. “Muchas empresas ya están operando con niveles de rentabilidad muy bajos o incluso en pérdidas”, señaló.
Es una situación que se agrava con la fragmentación del mercado: cientos de fabricantes disputando nichos similares, con ofertas muy similares en tecnología y prestaciones, y con escasa diferenciación real. El resultado es un entorno saturado, donde sobrevivir no depende solo de tener un buen producto, sino de resistir financieramente hasta que la competencia desaparezca.
El discurso de Li no es solo una advertencia, sino también un llamado a la reflexión. En una industria acostumbrada a competir por volumen, velocidad e innovación, detenerse a evaluar la sostenibilidad del modelo actual no es una muestra de debilidad, sino de sensatez.
Inversiones que no se traducen en ventas, fábricas que producen por encima de lo que el mercado puede absorber y marcas que gastan más en mantenerse a flote que en innovar: todo esto dibuja un panorama insostenible si no se hacen ajustes pronto.
La sobrecapacidad global no es un tema nuevo, pero pocas veces ha sido abordado con tanta franqueza por una figura de alto nivel como Eric Li. Su visión resuena con fuerza porque no solo diagnostica un problema evidente, sino que lo hace desde la experiencia de liderar uno de los grupos automotrices más grandes del mundo.
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