Desafío pendiente: el rol de los edificios en la electromovilidad
- Mario Andrés Muñoz
- 11 jul
- 3 Min. de lectura
El avance de la electromovilidad en Panamá se enfrenta a un obstáculo clave: la falta de infraestructura de carga en edificios residenciales. Aunque las ventas de vehículos eléctricos van en aumento y existe un marco legal que los respalda, los condominios aún no están preparados para soportar una red de carga eficiente. Así lo advierte el portal Mobility Portal Latinoamérica.

Uno de los principales desafíos es técnico. “El reto más grande hoy es saber cuántos cargadores poner en un edificio. Si de 800 estacionamientos hay que destinar el 10%, estamos hablando de 80 puntos de carga. Y ni la red eléctrica ni la infraestructura interna están preparadas para eso”, señaló Mónica Escalante, directora general de Neo Energy.
Aunque la Ley 295 establece que el 30% de la flota estatal debe ser eléctrica para 2030, y el reglamento de construcción sostenible exige un 10% de parqueos para vehículos eléctricos en edificios nuevos, la normativa no contempla la capacidad real de los sistemas eléctricos internos. Según Mobility Portal, la demanda simultánea de energía podría sobrecargar transformadores, lo que obligaría a hacer inversiones privadas adicionales.
Pero instalar un cargador no es solo una cuestión de enchufar. También implica gestión. Escalante explicó que cuando una empresa tiene cinco vehículos eléctricos, necesita saber cuánto consume, cómo programar la carga y cómo visualizar los ahorros frente al combustible. Esto exige software especializado, además del hardware.
Neo Energy asesora en los procesos de instalación de cargadores y la gestión energética. En varios casos, los clientes han reportado ahorros operativos de hasta un 50%, pero solo después de acceder a datos reales de consumo, según el portal.
A nivel residencial, otro problema es la gobernanza compartida. En muchos edificios, la falta de información técnica y la resistencia de propietarios o administradores frenan los proyectos. La Asociación de Propiedad Horizontal (ADEPA) está capacitando a los representantes del sector. “El mercado necesita educación técnica. Sin eso, la electromovilidad residencial no va a despegar”, afirmó Escalante.
Ante este panorama, la transición hacia la movilidad eléctrica avanza con desequilibrios. La demanda privada crece más rápido que la capacidad técnica y normativa para responder. La solución va más allá de ofrecer incentivos. Requiere regulación realista, interoperabilidad, formación técnica y visión estratégica. Los especialistas recomiendan que los propietarios de apartamentos en propiedades horizontales se informen sobre la capacidad del edificio para instalar cargadores eléctricos antes de adquirir un vehículo. Es clave solicitar a la administración una evaluación técnica de la infraestructura eléctrica, promover acuerdos entre vecinos para compartir soluciones de carga, participar activamente en asambleas y exigir que los cargadores sean compatibles con diversos estándares como GBT, CCS2 o Tipo 2.
Los administradores de PH deben evaluar la capacidad eléctrica del edificio y diseñar un plan gradual para la instalación de puntos de carga. Es recomendable buscar asesoría técnica y legal especializada, definir con claridad los esquemas de financiamiento y uso, y fomentar la implementación de plataformas que permitan monitorear y distribuir adecuadamente la energía, evitando sobrecargas y conflictos entre residentes.
Para los nuevos proyectos inmobiliarios, es esencial diseñar con visión a largo plazo e incluir desde el inicio infraestructura que permita expandir la carga eléctrica, más allá del mínimo legal. Esto incluye una red eléctrica interna robusta, cargadores interoperables, plataformas de gestión energética y espacios acondicionados para futuras expansiones. Incluir estas características no solo garantiza funcionalidad, sino que también incrementa el valor de venta del proyecto frente a un mercado que avanza hacia la movilidad eléctrica.
Y, sobre todo, implica entender que los puntos de carga ya no pueden considerarse un accesorio: deben ser parte esencial de la infraestructura urbana del futuro.
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