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Tata Motors compra Iveco por USD 4.400 millones y buscará liderar el mercado de camiones

Tata Motors anunció la compra del grupo italiano Iveco por 3.800 millones de euros, equivalentes a aproximadamente 4.400 millones de dólares. La transacción, anunciada simultáneamente desde Mumbai y Turín el pasado 30 de julio, incluye todas las operaciones globales de Iveco en el negocio de vehículos comerciales, excluyendo su división de defensa. Este último segmento fue vendido por separado al grupo italiano Leonardo por 1.700 millones de euros (1,964 millones de dólares).

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El acuerdo se estructura a través de TML CV Holdings PTE LTD, una filial de Tata Motors, que lanzará una oferta pública voluntaria para adquirir las acciones ordinarias de Iveco Group a un precio de 14,1 euros por acción. La condición clave para concretar la oferta fue precisamente la escisión previa del negocio militar, que pasa a manos de Leonardo junto con la marca ASTRA.


Aunque la noticia tuvo su epicentro en Europa y Asia, sus efectos se sentirán directamente en Argentina. Las plantas que Iveco y FPT operan en la ciudad de Córdoba pasarán a estar bajo el control del grupo indio. La histórica fábrica de camiones y buses ubicada en el barrio Ferreyra, con más de 55 años de operación, y la planta de FPT Industrial, que produce anualmente unos 15.000 motores (el 60% de ellos para exportación), se incorporan ahora al portafolio global de Tata.


Desde la compañía aseguran que se mantendrá tanto la presencia industrial como los empleos, algo que fue ratificado por el propio CEO de Iveco, Olof Persson. La sede central de Iveco continuará en Turín, y no hay planes inmediatos de recortes o reestructuraciones, lo cual trae cierto alivio al ecosistema industrial cordobés.


Expansión estratégica de Tata Motors

Para Tata, esta operación no solo es una compra; es una expansión territorial y tecnológica clave. Actualmente, la marca india no tenía presencia de fabricación de camiones o autobuses en Europa ni Sudamérica. Con Iveco, suma no solo infraestructura productiva en mercados estratégicos, sino también una gama completa de tecnologías en motorización, conectividad y movilidad comercial.


La fusión no implica solapamientos industriales, lo que permite consolidar un grupo más diverso y complementario. La empresa combinada proyecta ingresos anuales de 22.000 millones de euros, con una distribución geográfica equilibrada: 50% en Europa, 35% en India y 15% en América.


Esta no es la primera vez que Tata apuesta por marcas internacionales. En 2008 adquirió Jaguar Land Rover en Reino Unido, y antes había sumado Daewoo Commercial Vehicle en Corea del Sur. En ambos casos, la compañía respetó las marcas, fortaleció sus capacidades productivas y mantuvo el empleo. Ese antecedente genera expectativas positivas para lo que pueda suceder con Iveco en esta nueva etapa.


Leonardo se queda con la defensa

En paralelo, Leonardo se quedó con Iveco Defence Vehicles (IDV), una de las divisiones más emblemáticas del grupo. Fundada en 1937 como Lancia Veicoli Industriali y absorbida por Iveco en 1975, IDV se consolidó como uno de los principales fabricantes europeos de vehículos blindados. Sus plataformas, como el LMV Lince, el Centauro II y el tanque Ariete, están en servicio en numerosos ejércitos del mundo. Además, IDV ha desarrollado soluciones específicas para Brasil, como el vehículo blindado Guaraní 6x6, del que ya hay más de 700 unidades operativas.


Leonardo anunció que financiará la compra de IDV con fondos propios. Según su CEO, Roberto Cingolani, esta adquisición consolida su papel como actor clave en la defensa terrestre europea. Uno de los puntos fuertes será la integración de los sistemas electrónicos de Leonardo —sensores, torretas y capacidades autónomas— en las plataformas de IDV, lo que les permitirá ofrecer soluciones de combate aún más avanzadas. También está sobre la mesa una posible alianza con Rheinmetall para explorar el segmento de vehículos pesados.


Tanto la venta de IDV como la compra de Iveco por parte de Tata fueron evaluadas por el gobierno italiano bajo la llamada legislación de “poder dorado”, que le permite intervenir en operaciones que involucren empresas de interés nacional. Aunque no se impusieron condiciones restrictivas, el gobierno de Giorgia Meloni dejó claro que seguirá de cerca la evolución de ambas transacciones, con el foco puesto en la protección de empleos, recursos estratégicos y capacidades industriales.


Actualmente, Iveco emplea a unas 36.000 personas en todo el mundo, de las cuales 14.000 están en Italia. Su principal accionista, el holding Exor de la familia Agnelli, mantiene una participación del 27,1% en la compañía y el 43,1% de los derechos de voto, lo que le dio un rol clave en la negociación.


Con esta operación, Tata Motors se convierte en un actor de peso en la industria global de vehículos comerciales, con presencia directa en mercados donde antes solo tenía participación comercial. Para Iveco, significa integrarse a un grupo con ambición de largo plazo, recursos financieros sólidos y una historia probada de respeto por las marcas que adquiere. En Sudamérica, y especialmente en Argentina, se abre una ventana de oportunidad para modernizar la producción y ampliar los horizontes de exportación.


Mientras tanto, Leonardo se posiciona como uno de los fabricantes más completos del mundo en defensa terrestre, con una cartera reforzada que combina movilidad, protección y tecnología de punta.

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