Rediseñarán la movilidad de Panamá Oeste en un nuevo plan integral de transporte

La movilidad en Panamá Oeste entra en una fase determinante para miles de automovilistas que a diario enfrentan largos tranques en su recorrido hacia la capital. Mientras avanza la construcción de la Línea 3 del Metro —incluido el complejo tramo soterrado bajo el Canal de Panamá—, el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), con financiamiento de la Unión Europea (UE) y apoyo técnico del banco alemán KfW, abrió un proceso de precalificación para elegir a la firma que rediseñará todo el sistema de transporte público del sector oeste.

Aunque se trata de un proyecto centrado en transporte colectivo, sus resultados podrían incidir directamente en la circulación vehicular, la congestión diaria y los tiempos de viaje de quienes dependen del auto particular.

El anuncio representa un punto de inflexión en una zona donde los desplazamientos pueden durar horas y donde el crecimiento poblacional ha saturado tanto la red vial como la oferta de transporte terrestre. La iniciativa forma parte del Programa de Implementación de las Contribuciones Nacionales Determinadas (NDC) en movilidad urbana, un eje del Green Deal europeo que busca ciudades más eficientes y menos contaminantes. Metro de Panamá, S.A. será el beneficiario del estudio, que trazará la hoja de ruta para transformar la movilidad en el sector oeste del Área Metropolitana.

La convocatoria —abierta del 30 de octubre de 2025 al 15 de enero de 2026— seleccionará a la firma responsable de elaborar el Plan de Implementación del Sistema Integrado de Transporte Público del Oeste.

El estudio deberá actualizar la demanda, evaluar la oferta actual y proyectar las necesidades a 30 años. Para los automovilistas, este rediseño podría significar menos competencia en las vías, rutas mejor organizadas y, eventualmente, una reducción de la congestión si el transporte público logra absorber parte del flujo diario de pasajeros.

El documento de precalificación detalla que el análisis incluirá un diagnóstico completo de la movilidad, revisión normativa, estudio socioeconómico, diseño de escenarios de integración y evaluación de rutas alimentadoras hacia la futura Línea 3. Para los conductores, uno de los aspectos más relevantes será cómo estos cambios podrían redistribuir los flujos vehiculares, ajustar paradas y reorganizar rutas que actualmente generan puntos críticos de embotellamiento.

CAF enfatiza que el proceso deberá realizarse bajo el principio de “transición justa”, lo que implica diálogo con los operadores tradicionales del transporte. Estas decisiones tendrán impacto en el uso del espacio vial, directamente relacionado con la fluidez del tránsito particular.

El estudio exigirá proyectar la movilidad del sector para los próximos 30 años, con escenarios cada cinco años. Esta visión de largo plazo permitirá anticipar el crecimiento urbano y definir qué infraestructura adicional podría requerirse para evitar que el tráfico siga intensificándose. Para los automovilistas, esto podría traducirse en decisiones más coherentes sobre ampliación de vías, carriles especiales, rediseño de intersecciones o conexión con estacionamientos periféricos que reduzcan el ingreso masivo de autos a la capital.

Las consultoras interesadas deberán cumplir requisitos financieros —facturación anual de 1.5 millones de dólares y un ratio actual de 1.2— y experiencia en movilidad urbana en ciudades latinoamericanas de más de 500 mil habitantes. La evaluación otorga 60 puntos a la experiencia de la firma, 35 a su equipo humano y 5 a su situación financiera. Solo las que superen los 70 puntos serán precalificadas, y únicamente cinco avanzarán a la fase final.

Para los millones de viajes que diariamente congestión en Panamá Oeste, este proceso podría marcar el inicio de un reordenamiento que, si se ejecuta con eficacia, aliviaría la presión sobre las vías y ofrecería alternativas reales a los automovilistas que hoy no pueden prescindir de su vehículo.