Menos calor urbano y más árboles: así será la renovación de Calle 50
- Mario Andrés Muñoz

- 9 oct
- 2 Min. de lectura
La Alcaldía de Panamá ha puesto en marcha la Renovación Urbana de la Calle Nicanor de Obarrio (Calle 50) pensando en mejorar la calle a las personas. El primer tramo —de 1.7 kilómetros entre la Avenida Federico Boyd y la Vía Brasil— contará con una inversión de 8 millones de dólares, financiados con el IBI, y ya tiene aprobadas la audiencia pública y la autorización de la Autoridad Nacional de Descentralización.

Foto ilustrativa.
Para aquellos que caminan por la ciudad esto significa aceras mucho más anchas (de los tramos que hoy ni llegan a un metro a 5 metros en total: 1.80 m para infraestructura y 3.20 m de senda peatonal), más árboles nativos, y materiales que disminuyen el calor urbano —concrete permeable y tochos locales claros— para hacer la calle más cómoda y segura.
La Alcaldía incluso instaló un piloto en el área del McDonald’s de Marbella, financiado por la propia cadena, que servirá como muestra práctica de cómo se verá la Calle 50 durante los próximos dos años y como laboratorio para probar estas nuevas soluciones urbanas. “Queremos que los ciudadanos vivan la transformación antes de que empiece la gran obra”, señala el alcalde Mayer Mizrachi Matalon.
Desde el punto de vista de los automovilistas
La intervención en Calle 50 implica una reorganización del espacio vial que los conductores deberán conocer: además de la ampliación peatonal, el plan incorpora señalización de una ciclovía y un carril exclusivo para buses, medidas destinadas a mejorar la movilidad colectiva y reducir la congestión en el mediano plazo. El tramo piloto en Marbella permitirá ver de forma anticipada cómo quedará la calzada y cómo convivirán vehículos privados, transporte público y ciclistas.
Para los automovilistas esto representa una invitación a adaptarse: respetar nueva señalización, anticipar maniobras y aprovechar que, con un carril exclusivo para buses y mayor ordenamiento, el transporte público puede volverse más rápido y confiable —lo que, a su vez, puede reducir la presión de tráfico en la zona.
La inversión (8 millones de balboas) y las pruebas privadas del piloto buscan que el cambio sea progresivo y que vecinos y conductores puedan comprobar los beneficios antes de la obra mayor.







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