GM invertirá 4.000 millones de dólares en sus plantas de Estados Unidos
- Benjamín Chellew
- 13 jun
- 2 Min. de lectura
General Motors anunció una inversión histórica de 4.000 millones de dólares para modernizar sus plantas de manufactura en Estados Unidos, una apuesta clave que refuerza su estrategia y en parte responde a la incertidumbre entorno a los aranceles. El plan contempla mejoras en instalaciones de Michigan, Indiana y Texas, con foco en modelos de alto volumen como pickups y SUV, tanto en versiones tradicionales como eléctricas.

De acuerdo con el comunicado oficial, la planta de Arlington, en Texas, recibirá la mayor parte de los recursos, con una inversión de 2.000 millones de dólares destinada a renovar las áreas de pintura, carrocería y ensamblaje general. Esta instalación es responsable de la producción de SUV grandes como el Chevrolet Tahoe, el GMC Yukon y el Cadillac Escalade.
En Michigan, la planta de Lansing Grand River recibirá 789 millones de dólares para adecuarse a la próxima generación de vehículos, entre ellos una nueva versión del Chevrolet Camaro. Mientras tanto, en Indiana, la planta de Fort Wayne será modernizada con una inversión de 632 millones de dólares, permitiendo mejoras sustanciales en la producción de pickups como la Chevrolet Silverado y la GMC Sierra.
Según Gerald Johnson, vicepresidente ejecutivo de Manufactura Global y Sostenibilidad en GM, esta inversión "refleja nuestro enfoque en la construcción de un negocio automotriz más fuerte, más sustentable y preparado para el futuro".

La empresa busca dotar a sus plantas de mayor flexibilidad, permitiendo transiciones más ágiles entre distintos tipos de motorización, incluyendo opciones totalmente eléctricas basadas en la plataforma Ultium.
Este anuncio se produce en un momento clave para la industria automotriz estadounidense, que atraviesa una profunda transformación hacia la electrificación, al tiempo que enfrenta desafíos logísticos y una presión creciente para mantener la competitividad a nivel global. Las mejoras contemplan avances en automatización, eficiencia energética y procesos industriales, lo que permitirá a GM responder con mayor rapidez a las demandas del mercado.
Más allá de la actualización tecnológica, el plan también tiene un impacto directo en el empleo. La compañía confirmó que estas inversiones permitirán mantener aproximadamente 4.000 puestos de trabajo en las tres instalaciones involucradas, contribuyendo a la estabilidad de las comunidades donde opera y reforzando su presencia como fabricante local.
La inversión de GM refuerza su capacidad industrial y su apuesta por una producción más flexible, pero también evidencia una transición cautelosa hacia la electrificación. En un contexto donde Estados Unidos impone nuevos aranceles a vehículos importados, los fabricantes locales optan por proteger sus segmentos más rentables, como los SUV y pickups. Así, GM busca mantener su liderazgo mientras adapta su estrategia a un entorno político y comercial cada vez más complejo.
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