Así son las Suzuki GSX-8T y GSX-8TT: homenaje vintage con tecnología moderna
- Benjamín Chellew

- 6 jul
- 3 Min. de lectura
Suzuki acaba de revelar oficialmente sus nuevas GSX-8T y GSX-8TT, dos motocicletas que capturan el espíritu retro de los años 60 y 70, pero integran lo último en tecnología y desempeño. Estas motos se suman a la plataforma de 800 cc que ya comparten la GSX-8S y la GSX-8R, y buscan consolidarse como una alternativa emocional, elegante y bien equipada para los entusiastas del estilo neo-retro.

La filosofía detrás de estas nuevas Suzuki es clara: fusionar tradición y modernidad. Según confirmó la marca, “el objetivo fue crear dos modelos que encarnen el espíritu retro del legado de Suzuki”, y para lograrlo recurrieron al talento de diseñadores en Italia, con un refinamiento final en Japón.
La GSX-8T se inspira directamente en la legendaria Suzuki T500 Titan, con un diseño sobrio que destaca por su faro redondo de base plana, horquilla dorada, y nuevas tapas de radiador en acabado cepillado. La moto cuenta con tres opciones de color: negro, dorado y verde. El depósito de combustible, de 16.5 litros, ha sido rediseñado para integrarse armoniosamente con el nuevo carenado lateral.

Por su parte, la GSX-8TT se posiciona como una versión más agresiva y deportiva. Toma como referencia las motos de competición como la Yoshimura GS1000S, incluyendo un carenado frontal envolvente con pantalla aerodinámica y una quilla inferior que remite a las motos de pista de los 70. Además, ofrece detalles únicos como llantas pintadas: rojas para la versión negra y doradas para la verde, ambas combinadas con calcomanías de estilo vintage.
El asiento también es distinto entre ambos modelos: la 8T incorpora un tapizado inspirado en los diseños "tuck-and-roll" de los 60, con espuma de alta densidad y mejor acceso al suelo, mientras que la TT apuesta por un diseño plano y deportivo, pensado para transmitir un carácter más de carreras.

Motor con carácter y balance perfecto
Ambas versiones comparten el premiado motor bicilíndrico en paralelo de 776 cc, con doble árbol de levas (DOHC), 82.9 caballos de potencia a 8.500 rpm y 78 Nm de par máximo a 6.800 rpm. El secreto de su carácter está en el calado del cigüeñal a 270°, que proporciona una entrega de potencia lineal, sonido profundo y una respuesta similar a la de un motor en V.
El sistema Cross Balancer, exclusivo de Suzuki, reduce vibraciones y permite un bloque más compacto y ligero. Todo esto se combina con un escape corto 2 en 1, que conserva el perfil limpio de la moto y emite un tono grave característico.
Aunque el diseño remite al pasado, el equipamiento es plenamente actual. Ambas motocicletas integran una pantalla TFT a color de 5 pulgadas, con modos de conducción (A, B y C), control de tracción con tres niveles de intervención (y desconexión), y acelerador electrónico ride-by-wire.
También cuentan con quickshifter bidireccional de serie, lo que permite cambiar de marcha sin usar el embrague, asistencia a bajas revoluciones (low RPM assist) y sistema de arranque fácil (easy start). Toda la iluminación es full LED, y por primera vez en una Suzuki de producción, utilizan baterías de iones de litio, con ventajas en peso, durabilidad y rendimiento.
El equipamiento se completa con puerto USB tipo C, ideal para cargar dispositivos en ruta.
La estructura se basa en el bastidor de acero de la GSX-8S, con subchasis y basculante de aluminio. La suspensión corre a cargo de horquillas invertidas KYB (doradas en la GSX-8T y negras en la GSX-8TT) y amortiguador trasero KYB. El sistema de frenos incluye discos delanteros de 310 mm con pinzas radiales Nissin, y disco trasero de 240 mm, gestionados por sistema ABS.
Las llantas de aleación están calzadas con neumáticos Dunlop Sportmax RoadSport 2, lo que garantiza un equilibrio ideal entre conducción urbana y tramos más dinámicos.
Según la información oficial, la GSX-8T tendrá un precio de referencia de aproximadamente $11.800 y la GSX-8TT de $12,300, ambas con garantía de dos años más uno adicional si se cumple con el mantenimiento en concesionarios autorizados.
De momento, su comercialización está confirmada para Europa, Norteamérica y Australia hacia finales de 2025. No hay fecha oficial para su llegada a Latinoamérica, pero dada la creciente demanda por motos retro bien equipadas, no sería extraño verlas pronto en vitrinas panameñas o centroamericanas.







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