Royal Dutch Shell, mejor conocida como Shell, se ha convertido en la primera compañía condenada a reducir sus emisiones de CO₂ en favor de la lucha contra el cambio climático. En una sentencia sin precedentes, dictada por el tribunal de La Haya, la petrolera Shell se verá obligada a reducir para finales del año 2030 en un 45% sus niveles de gases contaminantes, en comparación con los niveles de 2019.
El fallo, que se ha hecho público el pasado miércoles 26 de mayo, atiende a una demanda presentada en abril de 2019 por siete organizaciones ecologistas, incluidos Greenpeace y Friends of the Earth Europe (FoE), junto con 17,000 ciudadanos holandeses. La acusación esgrimía entonces que la política de Shell amenazaba los derechos humanos debido a sus inversiones multimillonarias en la producción de combustibles fósiles y la no adscripción al Acuerdo de París, al que suscribieron los países de la ONU para tratar de no superar los 1,5 grados de temperatura del planeta hacia final de siglo.
“Es una victoria monumental. El juez no ha dejado lugar a dudas: Shell está causando un cambio climático peligroso y debe detener su comportamiento destructivo ahora”Donald Pols, director de Friends of the Earth Países Bajos (FOE NL).
Después de dos largos años de espera, dicha demanda termina en una sentencia histórica, en la que, por primera vez, se obliga legalmente a una empresa petrolera a alinear sus políticas con el Acuerdo de París. FoE declaró en su cuenta de Twitter: “Esperamos que este veredicto desencadene una ola de litigios climáticos contra los grandes contaminadores, para obligarlos a dejar de extraer y quemar combustibles fósiles”.
Shell, afirma estar decepcionada y dijo que planea apelar el fallo, Asimismo, la petrolera angloholandesa menciona que se había comprometido febrero a acelerar la transición de su negocio para convertirse en una compañía de energía de cero de emisiones netas, con el objetivo reducir la intensidad de carbono de sus productos al recortar sus emisiones un 6% para el 2023, un 20% para el 2030, un 45% para el 2035 en un 100% antes de 2050, siempre en base a niveles del 2016.
Sin embargo, el tribunal a través de la jueza Larisa Alwin dijo dijo que “la política climática de Shell no es concreta”, ya que está llena de condiciones, y se basa en monitorear los desarrollos sociales, más que en la propia responsabilidad de lograr una reducción de CO₂, por lo que no resulta suficiente”.
El tribunal dictaminó que había obligaciones que cumplir tanto bajo la ley holandesa como en la convención. Y a pesar de que no había actuado ilegalmente, se había establecido una posible violación de la obligación de reducir emisiones. También se argumentó que la compañía sabía desde hacía mucho sobre el daño de las emisiones de carbono y, por lo tanto, el tribunal emitió una orden sobre Royal Dutch Shell en base a ello.
La abogada ambientalista Joana Setzer calificó el fallo como innovador y la primera vez que una empresa de ese tamaño había perdido un caso que miraba hacia el futuro de tal manera. Roger Cox, abogado de FOE NL, pidió a las organizaciones de todo el mundo que recojan el guante y a que tomen medidas legales para obligar a las multinacionales a desempeñar plenamente su papel en la lucha contra la emergencia climática.
“Este es un punto de inflexión en la historia. Este caso es único porque es la primera vez que un juez ordena a una gran corporación contaminante cumplir con el acuerdo climático de París. Este fallo también puede tener consecuencias importantes para otros grandes contaminadores”.Roger Cox, abogado de FOE NL.
La intensidad de carbono refleja la cantidad total de gases de efecto invernadero emitidos por unidad de energía vendida, lo que permite a la mayor parte del petróleo depender en cierta medida de una compensación para alcanzar el objetivo en lugar de hacer recortes absolutos de emisiones. Esto quiere decir que el fallo deja abierta la posibilidad a que las emisiones sean compensadas con medidas que resten CO₂ de la atmósfera, como, por ejemplo, con una plantación de árboles. Lo significa que incluso podrían aumentar la producción de combustibles fósiles si se pudiera compensar al mismo tiempo.
Si bien esta es la primera sentencia que se produce en contra de una gran compañía petrolera, podría no ser la única en un futuro próximo. Se sabe que en la actualidad existen alrededor de 1,800 demandas en contra de diferentes compañías, relacionadas al cambio climático, según cifras del Climate Case Chart. Por mencionar algunas de las grandes tenemos a la británica BP o la francesa Total que han recibido duras críticas por políticas de reducción de emisiones.
Este veredicto también se produce en lo que algunos grupos ambientalistas han descrito como un “día de ajuste de cuentas” para el petróleo, con algunos gigantes energéticos estadounidenses como Chevron y Exxon que también están bajo fuego por esta misma situación. Los accionistas de Exxon votaron a favor de despedir a dos miembros de la junta después de que un inversor activista lanzara un golpe de Estado contra la compañía.
El inversor, Engine No. 1, ahora ha reemplazado a los miembros de la junta con dos nuevos candidatos que se toman más en serio la amenaza del cambio climático, dijo. Mientras tanto, los accionistas de Chevron votaron a favor de reducir las emisiones de carbono de los combustibles que producen, al rebelarse en contra de la junta directiva de la compañía para respaldar al grupo de los Países Bajos Follow This, que propuso los nuevos cambios.
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