Bugatti lanza el Programa Solitaire con el Brouillard, un one-off de 1,578 caballos

Bugatti da un nuevo paso en su estrategia de ultraexclusividad con la presentación del Programa Solitaire, una división dedicada a la creación de vehículos totalmente únicos. El primer modelo de esta nueva línea se llama Brouillard, un hiperdeportivo que combina ingeniería extrema con una historia profundamente personal, rindiendo homenaje al caballo favorito de Ettore Bugatti.

El Programa Solitaire nace como una evolución del exclusivo servicio Sur Mesure de Bugatti, permitiendo a sus clientes más selectos no solo personalizar un modelo existente, sino crear un vehículo desde cero. Esta nueva división rescata el espíritu del coachbuilding artesanal, que Jean Bugatti consolidó en los años 30 con carrocerías icónicas como la Type 57 SC Atlantic, Galibier, Stelvio o Ventoux. Según la marca, Solitaire producirá un máximo de dos unidades al año, garantizando una atención artesanal minuciosa y un nivel de detalle sin precedentes.

El Brouillard no es solo el primer proyecto del programa, sino también una declaración de intenciones. Su nombre significa “neblina” en francés, y hace alusión directa a Brouillard, el caballo de Ettore Bugatti, conocido por su inteligencia, gracia y la peculiar habilidad de abrir su propio establo mediante un mecanismo diseñado por el propio Ettore.

Brouillard: escultura rodante con ADN Bugatti

El diseño del Brouillard es una combinación armoniosa de pasado y futuro. Construido sobre la plataforma W16 quad-turbo de 1.578 hp, la misma que utilizaban modelos como el Chiron o el Mistral, este coupé representa la culminación de casi dos décadas de refinamiento técnico por parte de la marca.

“Hacer que algo se vea simple es, en realidad, increíblemente complejo. El diseño debe integrar todos los aspectos tecnológicos, la termodinámica y la aerodinámica de un hiperdeportivo de 1.600 CV, mientras sigue una filosofía estética imborrable” Frank Heyl, director de diseño de Bugatti

El lenguaje visual del Brouillard combina referencias a modelos anteriores como La Voiture Noire (en las lámparas delanteras y la silueta), el Mistral (en el alerón tipo ducktail y el diseño posterior) y el Centodieci (en los escapes verticales), al tiempo que introduce elementos que anticipan la nueva era Tourbillon.

La proporción del diseño se construye como en el arte clásico: el tercio inferior, en tonos oscuros, conecta visualmente con la sombra del auto, mientras que los dos tercios superiores, más claros, aportan ligereza visual y elongación del perfil.

Dentro del Brouillard, la atmósfera es la de una catedral mecánica. El techo de vidrio dividido permite observar la columna vertebral del auto desde el interior, en un guiño arquitectónico a la estructura interna del vehículo. El habitáculo mezcla tradición e innovación: fibra de carbono teñida en verde, aluminio mecanizado, tejidos tartán personalizados de París y motivos de caballos bordados en puertas y asientos.

Cada componente está creado a la medida del cliente. Los asientos fueron moldeados según sus especificaciones y terminados con un diseño exclusivo en cuero. La palanca de cambios, tallada en un solo bloque de aluminio, integra una pieza de vidrio con una escultura miniatura del caballo Brouillard, lo que convierte a este vehículo en una pieza de alta relojería automotriz.

Una historia familiar convertida en obra maestra

Detrás de este proyecto hay un cliente con una profunda relación con la historia Bugatti. Este coleccionista no solo posee autos clásicos y modernos de la marca, sino también piezas de Carlo Bugatti (muebles) y Rembrandt Bugatti (esculturas). El encargo fue una forma de fusionar las tres vertientes creativas de la familia en una sola obra: la automoción de Ettore, el diseño de Carlo y la escultura de Rembrandt.

El Bugatti Brouillard se presentará oficialmente durante la Monterey Car Week en California, y marcará el inicio del Programa Solitaire como la nueva cima de la personalización automotriz. Con un precio estimado superior a los 30 millones de dólares, se posiciona como una opción viable solo para una élite global, aunque con potencial para atraer a coleccionistas de alto perfil en Panamá y la región centroamericana, donde el lujo automotriz continúa ganando terreno.

¿Es el Programa Solitaire el futuro del lujo automotriz?

La propuesta de Bugatti con el Brouillard redefine el concepto de exclusividad: ya no se trata solo de potencia o tecnología, sino de historia, narrativa personal y arte aplicado. En un mercado cada vez más competitivo y homogéneo, ¿podría este enfoque artesanal marcar el camino para otras marcas de ultra lujo?