Guatemala es un país de volcanes, montañas y con playas bañadas por el Océano Pacífico y el Mar Caribe. Hace unas semanas Porsche nos invitó a la ciudad de Antigua, una ciudad fundada por los españoles en 1543 y conocida por su arquitectura barroca-española, así como por una serie de ruinas de iglesias coloniales. Antigua está situada en un valle entre los Volcanes de Agua, Fuego y el Acatenango. No sé exactamente cuál era, pero desde el hotel se escuchaba el crujir y las eventuales explosiones de la actividad volcánica.
Nuestro destino no estaba aquí sino que a unos 42 kilómetros donde se encuentra el Autódromo Pedro Cofiño, un circuito en la misma región montañosa, con un trazado de 2.4 kilómetros, 12 curvas y gracias a Porsche teníamos una amplia selección de catorce de los mejores deportivos y SUVs del fabricante alemán.
Pero en medio de todo lo que pudimos conducir, un deportivo en particular generaba mayores expectativas. Nunca había tenido la oportunidad de conducir dentro de la pista de un circuito y, por fortuna, Porsche lo tenía disponible en su recién lanzada nueva generación: el Porsche 911 GT3 (992).
La unidad que llevó Porsche para el Porsche World Roadshow era excepcional. No solo impresionan los elementos aerodinámicos como el enorme alerón trasero con monturas swan neck, montado en las instalaciones de Zuffenhausen, Alemania donde se ensambla este modelo.
Tenía el que para mi es el color perfecto para este modelo, el “Miami Blue”. Las sensaciones son de mucha adrenalina, especialmente cuando entras al trazado del Pedro Cofiño y te sientes como niño en tienda de golosinas. Lo vez y es irresistible. Tienes que probarlo.
El Porsche 911 GT3 es un auto de carreras, y, además, está permitido conducirlo en la calle. No me malinterpreten, es genial. Aunque la posición de manejo en sus butacas fijas son demasiado duras para las calles regulares, estaría dispuesto a sacrificar un disco de la columna por ir al trabajo todos los días en él. Es simplemente demasiado salvaje y en el circuito se siente como su hábitat natural.
Es nuestro turno, lo primero que impregna la cabina es el brutal sonido del motor bóxer de seis cilindros y 4.0 litros. Gira hasta 9,000 rpm y como Porsche gentilmente quitó parte del aislamiento acústico del GT3 para reducir peso, tienes una experiencia inmersiva cuando pisas el acelerador.
Este motor entrega 502 HP y 470 Nm de torque en las ruedas traseras por medio de una transmisión manual de seis velocidades o una automática de doble embrague PDK de siete velocidades. Nosotros teníamos esta última y aunque me hubiese gustado jugar con los tres pedales, te enfocas tanto en domar esta bestia que la PDK es de gran ayuda, además que no hay forma humana de hacer los cambios más rápido con una manual.
Si tienen experiencia manejando deportivos de este nivel sentirán que el 911 GT3 es relativamente fácil de conducir. Siempre te sientes en control del auto. La dirección es precisa: donde pones la mirada logras guiar el GT3. Incluso, a pesar de tener el motor en la parte trasera, el tradicional balance de Porsche hace que esté bien plantado. No se desliza de atrás con facilidad, especialmente con el Porsche Stability Management activado.
Hay algo que deja un recuerdo memorable al manejar un 911 GT3. Con la experiencia previa de recorrer varios circuitos en pruebas como esta traté de llevar el 911 GT3 a un límite que no pude encontrar y eso, junto a la adrenalina, te hace tener sensaciones entremezcladas, porque quieres seguir exigiéndole pero tampoco quieres perder la sensación de seguridad.
El Porsche 911 GT3 es un auto que está muy por encima de las habilidades promedio de conducción, por lo que no se le debe perder el respeto. Por suerte, cuando comienzas a pasarte un poco, los frenos del Porsche 911 GT3 te ofrecen una desaceleración precisa, rápida y consistente tras cada curva. El Autódromo Pedro Cofiño no es un trazado rápido, pero es sinuoso, con puntos frecuentes de desaceleración exigiendo los frenos en una actividad donde prácticamente no dejaron de dar vueltas al circuito desde la mañana hasta la caída del sol entre las montañas.
El GT3 no es exactamente el Porsche más rápido, pero si es el más envolvente desde un punto de vista de conducción. La transmisión PDK ayudar a llegar de 0 a 100 km/h en 3.4 segundos empujando hasta una velocidad máxima de 318 km/h.
El modelo lo logra no solo con potencia. Su aceleración y agilidad son parte de una estricta dieta mediante el uso de plástico reforzado con fibra de carbono en componentes como capó, la tapa trasera y el alerón trasero. Los vidrios de las ventanas son más delgados y livianos de lo usual, los rines son de aleación forjados y el escape deportivo pesa 10 kg menos que el de otro 911.
El alerón trasero y el difusor delantero aportan hasta un 150% más de carga aerodinámica que el GT3 anterior. Es un automóvil muy orientado a la pista, y ese downforce junto a los neumáticos delanteros son 255/35ZR20 y los traseros 315/30 ZR21 te mantienen con un grip óptimo en todo momento.
Parte de la magia proviene de la suspensión deportiva con el sistema regulable Porsche Active Suspension Management, y una suspensión tomada del 911 RSR de circuito. Atacas una curva y el auto va como si estuviera sobre rieles, preciso en todo momento… firme, sin una pizca de balanceo en la suspensión. Una experiencia gratificante.
Hay superdeportivos más rápidos que el 911 GT3, pero el nivel de conexión que este crea con el conductor, en una experiencia totalmente inmersiva. Te acerca de forma increíble a la sensación de conducir un auto de carreras. Simplemente te vuelves uno con el auto mientras juntos bailan por las curvas.
El nuevo Porsche 911 GT3 fue presentando en Panamá recién hace una semana como parte del X Concurso de Elegancia, y si quieren vivir una experiencia tan divertida de manejo prepárense para desembolsar desde $232,900.00, que es el precio inicial en Panamá. De haber conocido la cifra antes, hubiese sido un poco más gentil con el acelerador.
Ficha Técnica | Porsche 911 GT3 (992)
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