La demanda mundial de níquel de alta calidad, un componente esencial para la fabricación de las baterías de vehículos eléctricos, superará la oferta para 2024. La demanda actual de este material se encuentra en significativo aumento, algo que podría provocar en los próximos años una sobre demanda, saturando la oferta mundial y causando dolores de cabeza a los fabricantes de vehículos eléctricos con una nueva crisis para la industria.
Un análisis de Rystad Energy, una empresa independiente de investigación energética e inteligencia de negocios indica que, aunque la oferta mundial continuará su constante ascenso interanual, el aumento de la demanda estimulado por la transición energética conducirá a una escasez en menos de dos años. Según los pronósticos, la demanda mundial de níquel subiría a 3,4 millones de toneladas en 2024 desde los 2,5 millones de toneladas de este año.
“La posible escasez de níquel no tiene otra solución obvia a la vista que no empañe a los fabricantes de automóviles con varios problemas ambientales, sociales y de gobernanza poco atractivos. Por lo tanto, esperamos que los fabricantes occidentales de vehículos eléctricos exploren opciones alternativas de baterías a medida que el problema de la adquisición de níquel se vuelve cada vez más difícil”. James Ley, experto global en metales energéticos y vicepresidente senior de Rystad Energy.
El análisis de Rystad Energy que se basa en minas, proyectos y planes de desarrollo existentes estima que la oferta mundial no llegará a suplir la demanda en 2024, con una producción de 3,2 millones de toneladas. La brecha entre la oferta y la demanda mundial se ampliará rápidamente a un déficit de 0,56 millones de toneladas para 2026, esto provocaría al igual que lo que esta pasando con el litio un aumento de los precios debido a la falta de mineral y como consecuencia podría causar un colapso en toda la cadena de suministros de baterías.
Pero, ¿Qué está impulsando esta nueva crisis de suministro?
Existen varios factores entre ellos uno muy importante y es que el mercado de baterías está creciendo a pasos agigantados, impulsado principalmente por la electrificación de la flota mundial de automóviles. Y es que a diferencia de otras materias primas utilizadas para cátodos como el litio, la fabricación de baterías no es el mercado dominante de níquel a corto plazo. Según estimaciones recientes, la industria del acero inoxidable representa más del 70% de la demanda mundial de níquel, y el mercado de baterías representó menos del 10% de la demanda mundial de níquel en 2020.
Se espera que las químicas de baterías a base de níquel tengan la mayor participación del mercado para 2030, ligeramente por delante de las baterías a base de hierro, con otras soluciones muy por detrás de estos dos grupos principales. Sin embargo, el acceso limitado al níquel podría hacer que este pronóstico se quede corto, ya que la industria de las baterías tiene que competir por el suministro con otras industrias en crecimiento, como la siderúrgica.
Se espera que la demanda de níquel metálico de la industria del acero inoxidable crezca alrededor del 5% por año, mientras que el mercado de baterías está a punto de explotar. En un escenario de suministro sin restricciones, las baterías podrían cuadruplicar la demanda actual de 0,25 Mt para 2030 y requerir más de 1 Mt de níquel metálico. Las previsiones muestran que la cuota de mercado podría aumentar al 31% para 2026. Esta creciente demanda ejercerá una gran presión sobre la cadena de suministro de níquel en menos de una década.
Hay que mencionar que si bien el níquel es un componente esencial para las baterías utilizadas por muchos fabricantes de vehículos eléctricos, actualmente las compañías mineras no están encontrando la suficiente cantidad de nuevos depósitos de níquel como para mantenerse al día con la demanda de producción para baterías. Como resultado, los fabricantes pueden buscar y evaluar alternativas de productos químicos de baterías para satisfacer la demanda.
Las principales químicas de baterías a base de níquel son níquel manganeso cobalto (NMC) y níquel cobalto aluminio (NCA), mientras que a base de hierro son fosfato de hierro y litio (LFP) e iones de sodio (Na-ion). Las baterías intensivas en níquel son las de elección de muchos fabricantes occidentales debido a su alta densidad de energía combinada con una menor proporción de cobalto. El cobalto se extrae principalmente en la República Democrática del Congo, donde las malas practicas de extracción lo hacen poco atractivo para los fabricantes de autos.
Como posible solución a esta crisis que se avecina, los fabricantes pueden tratar de disminuir su dependencia del níquel y, en su lugar, optar por baterías de fosfato de hierro y litio, donde no se requiere níquel, para ciertos modelos o geografías. Esto ayudará a reducir las preocupaciones a largo plazo de las compañías sobre el suministro de níquel y podría ser un camino fructífero todos los fabricantes de autos eléctricos.
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