La producción del último nuevo modelo de Audi con motor de combustión comenzará dentro de sólo cuatro años. A partir de 2026, la marca premium sólo lanzará al mercado modelos propulsados exclusivamente por electricidad, según se informó oficialmente hoy lunes 30 de agosto.
El fabricante abandonará la producción de motores de combustión interna en 2033 para convertirse en uno de los principales proveedores de movilidad con cero emisiones de carbono. Audi también está optimizando todos los eslabones de su cadena de valor y, además, se está comprometiendo con la expansión de las energías renovables.
Audi se ha marcado el año 2050 como fecha para alcanzar el objetivo de ser una empresa con cero emisiones netas de carbono.
Audi at the GREENTECH FESTIVAL 2021
Para 2025, la marca de los cuatro aros tiene previsto ofrecer más de 20 vehículos totalmente eléctricos alimentados por baterías y reducir la huella ecológica de su flota en un 30% respecto a 2015.
Una meta prioritaria es conseguir que la producción sea neutra en carbono en todas las fábricas para 2025; esto ya se ha conseguido en Audi Hungría y Audi Bruselas. La marca premium tiene en cuenta todos sus procesos, no solo el abastecimiento de materias primas y la producción, sino también la fase de utilización y el reciclaje o la reutilización al final del ciclo de vida de un coche.
Con la transición a la e-movilidad, una parte de las emisiones totales de carbono se traslada a la cadena de suministro. Esto se aplica sobre todo a las baterías de iones de litio de los coches eléctricos, que requieren una producción especialmente intensiva en energía. Para tener una perspectiva, aquí es donde se producirá casi una cuarta parte de todas las emisiones de carbono por coche fabricado en Audi.
Por este motivo, la compañía concentra esfuerzos en esta fase inicial. El uso inteligente de los recursos permitirá ahorrar materiales y reducir el consumo de energía. A su vez, esto rebajará las emisiones de dióxido de carbono en los procesos de producción anteriores y en los niveles inferiores de la cadena de suministro.
Audi está tomando medidas que abordan sobre todo esta fase temprana de la fabricación. En 2018 la empresa puso en marcha el “Programa de CO2 en la cadena de suministro”, con el objetivo de identificar los pasos necesarios para seguir reduciendo estas emisiones junto con sus proveedores.
“Estamos convencidos de que los proveedores juegan un papel clave en nuestro éxito con respecto a la sostenibilidad”, explica Marco Philippi, Director de Estrategia de Compras de Audi. Las oportunidades se encuentran principalmente en los ciclos cerrados de materiales, el aumento gradual del uso de materiales secundarios, la aplicación de otros procedentes de procesos del reciclaje en los componentes de plástico y el uso de electricidad verde.
Estas medidas también estarán en pleno funcionamiento en 2025 y, según los cálculos de Audi y sus proveedores, tienen el potencial de ahorrar una media de 1,2 toneladas de CO2 por coche. Solo en 2020 Audi pudo evitar las emisiones de más de 335.000 toneladas de CO2 relacionadas con su cadena de suministro. Eso equivale a una reducción de 35.000 toneladas de CO2 en comparación con 2019.
Un ejemplo de mayor sostenibilidad en la cadena de suministro es el cambio a las energías renovables. Las células de las baterías de alto voltaje tienen que producirse con electricidad verde. Este fue el caso del primer modelo eléctrico de la marca, el Audi e-tron, y sigue siendo así hoy en día.
Además, Audi está comprometida con varias iniciativas y, junto con otros socios, hace campaña para el cumplimiento de los derechos humanos y la protección del medio ambiente en su cadena de suministro. Eso incluye la pertenencia a la Global Battery Alliance. Esta plataforma mundial se puso en marcha en 2017 por iniciativa del Foro Económico Mundial. Reúne a actores públicos y privados para organizar de forma sostenible la cadena de valor de las baterías desde una perspectiva social, tecnológica, medioambiental y económica.
Otro ejemplo de cómo Audi está introduciendo más sostenibilidad en la cadena de suministro son los materiales secundarios. Audi recupera y devuelve los restos de aluminio de la planta de prensado al proveedor para que los procese y los recupere en forma de bobinas de aluminio. Esto significa que se reduce la cantidad de aluminio primario necesario en la producción, lo que reduce las emisiones de carbono.
La introducción del “Ciclo Cerrado de aluminio” en el taller de prensado de Audi pudo evitar un total de unas 165.000 toneladas de emisiones de dióxido de carbono en 2020. Ahora, Neckarsulm, Ingolstadt y, a partir de 2021, Győr también están implementando el Ciclo Cerrado de Aluminio.
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Además, como contribución a la conservación de los recursos, la compañía utiliza cada vez más componentes reciclados, es decir, materiales derivados de un proceso de reciclaje. No sólo se trata de reducir las emisiones de carbono, sino también de hacer un uso económico y eficiente de los materiales.
Unos 27 componentes del Audi Q4 e-tron están fabricados con materiales reciclados. En el exterior, esto incluye piezas como el soporte al que se anclan algunos elementos del sistema de refrigeración, los faros o la carcasa del paragolpes, que tiene que cumplir unas exigencias mecánicas especialmente altas.
Además, una gran parte de elementos como los soportes de los faros, los revestimientos de los pasos de rueda, las cubiertas de los paragolpes, el carenado del suelo y los spoilers de las ruedas se fabrican con materias primas secundarias.
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